Ronald Reagan

Mr. Gorbachov tear down this wall!

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Vídeo: TV Universidad Austral


¿Son estos los comienzos de cambios profundos en el Estado soviético? ¿O son gestos simbólicos, para dar falsas esperanzas a Occidente, o para fortalecer el sistema soviético sin cambiarlo? Nosotros damos la bienvenida al cambio y a la apertura; porque creemos que la libertad y la seguridad van juntas, que el avance de la libertad humana sólo puede fortalecer la causa de la paz mundial. Hay un signo que los soviéticos pueden hacer que sería inconfundible, que avanzaría enormemente la causa de la libertad y paz.

 "¡Venga a este muro! ¡Señor Gorbachov, abra esta puerta! ¡Señor Gorbachov, haga caer este muro!"


Secretario General Gorbachov, si usted busca la paz, si usted busca la prosperidad para la Unión Soviética y Europa Oriental, si usted busca la liberalización: ¡Venga a este muro! ¡Señor Gorbachov, abra esta puerta! ¡Señor Gorbachov, haga caer este muro!

Entiendo el miedo a la guerra y el dolor de la división que afligen a este continente; y os prometo los esfuerzos de mi país para ayudar a superar estas pesadumbres. Sin duda, en Occidente debemos resistir la expansión soviética. Así que debemos mantener defensas de fortaleza inexpugnable. Sin embargo, buscamos la paz; así que debemos esforzarnos por reducir las armas en ambos lados.

Empezando hace 10 años, los soviéticos amenazaron la alianza occidental con una nueva y grave amenaza, centenares de nuevos mísiles nucleares SS-20 más mortíferos, capaces de alcanzar todas las capitales de Europa. La alianza occidental respondió comprometiéndose un contradespliegue a menos que los soviéticos se avinieran a negociar una solución mejor; a saber: la eliminación de tales armas en ambos bandos. Durante muchos meses, los soviéticos se negaron a regatear en serio. Mientras la alianza, a su vez, se preparaba para emprender su contradespliegue, hubo días difíciles, días de protestas como los de mi visita a esta ciudad en 1982, y después los soviéticos se retiraron de la mesa.


"Entiendo el miedo a la guerra y el dolor de la división que afligen a este continente; y os prometo los esfuerzos de mi país para ayudar a superar estas pesadumbres. Sin duda, en Occidente debemos resistir la expansión soviética"



Pero durante todo el tiempo, la alianza se mantuvo firme, e invito a todos los que protestaron entonces, invito a los que protestan hoy, a que se fijen en este hecho: porque nos mantuvimos firmes, los soviéticos volvieron a sentarse en la mesa. Y porque nos mantuvimos firmes, tenemos hoy a nuestro alcance, no solamente la limitación del crecimiento de las armas, sino de eliminar, por primera vez, una clase entera de armas nucleares de la faz de la Tierra.

Mientras hablo, ministros de la OTAN se reúnen en Islandia para revisar el progreso de nuestras propuestas de eliminar estas armas. En las conversaciones de Ginebra, también propusimos grandes recortes en las armas ofensivas estratégicas. Y los aliados occidentales han hecho, así mismo, propuestas de gran calado para reducir el daño de la guerra convencional y para establecer una moratoria total sobre las armas químicas.

Mientras perseguimos estas reducciones armamentistas, os prometo que mantendremos la capacidad para aplacar la agresión soviética a cualquier nivel que pueda darse. Y, en cooperación con muchos de nuestros aliados, Estados Unidos está desarrollando la Iniciativa de Defensa Estratégica; una investigación para basar la disuasión no en la amenaza de una venganza ofensiva, sino en defensas que verdaderamente defiendan; en sistemas que, en pocas palabras, no apuntarán a poblaciones sino que las cobijaran. Por estos medios, perseguimos aumentar la seguridad de Europa y de todo el mundo. Pero debemos recordar un hecho crucial: Oriente y Occidente no desconfiamos el uno del otro porque estemos armados; estamos armados porque desconfiamos el uno del otro. Y nuestras diferencias no son sobre las armas sino sobre la libertad. Cuando el presidente Kennedy habló en el ayuntamiento hace 24 años, la libertad estaba rodeada, Berlín estaba bajo asedio. Y hoy, a pesar de todas las presiones ejercidas sobre esta ciudad, Berlín permanece segura en su libertad. Y la misma libertad está transformando el planeta.

(Continua).